sábado, 30 de agosto de 2008

Guayabo. Con G mayúscula.

Mi siempre irónico y sarcástico amigo Raul le encomendó a miss know-it-all Alicia escribir un párrafo coherente compuesto por palabras comenzadas con la letra G. Aparente y sorpresivamente, la susodicha pudo más que ella y la dejó por la E. Ambos aclararon con sus ejemplos que se permiten algunas excepciones (conjunciones, preposiciones, etc) y una que otra palabra por ahí. La querida Miss Alice me designó a mí su tarea y he aquí el resultado:

Gustosamente garabatearé ges, aquí en

GUAYABO. CON G MAYÚSCULA.

Con una gama de gestos generosos, gabardas gentiles, galicursilerías y galardones godescos, el guapo galán gallardamente garfeó a la Godible. Gozaron, gallearon, gratificaron y glorificaron, pero gafa ella, guiada gradualmente, malgastó ganas en el gardo garrafal quien, gamberro y gañín, garantizó generar guerras grises, gabarras glaciales y un goteo gélido y galopante gesticulado genuinamente. Resultó en gatuperio y gandujó entonces su garganta gañendo con desgana… ahora garanda sin cesar porque guarda y garapiña garbosamente el pasado. “Ni gamberro ni gañín ni garrafal ni guapo ni galán”, gemía generalmente gritando. “Genial gárgola gallina y garlador que gargaliza jugando al Gárgaro mientras garrochaza”, corrig luego. Triste historia ésta, porque garramó y garsinó él todo en ella y ella aún garranchada garla para sí queriendo garlear ganando el garlochí del galán.

Ahora, mi querido Tots, has de escribir un párrafo coherente, en el idioma que quieras, cuyas palabras comiencen con la letra... I. Yo sé que puedes.

1 comentario:

Toto dijo...

Ignacio Iribarren ignoró impropiamente instrucciones inglesas impuestas internacionalmente. Investigaciones indemnizatorias infirieron información interesante indicando insania intelectual. Il italiano incrédulo invirtió infinidades irrisorias incrementando infamias inimaginables. Ilógicamente invencible, Ignacio Iribarren incendió ideas indómitas impulsando indecisamente ilusiones invictas. Infamias innobles idealizando iglesias inexistentes. Imaginaciones imposibles infiltradas indecentemente. Intocable ingeniero, Ignacio Iribarren, instruyó indulgencias inteligentemente.